“Culmina un año muy duro para los venezolanos", asegura el sacerdote Oswaldo Méndez de la parroquia Cabudare.
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En la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Cabudare el Padre Oswaldo reconoció que 2017 fue un año fuerte para los venezolanos. |
Con los mejores deseos de paz y una mejor calidad de vida, culminamos este año 2017 uno de los más difíciles para los venezolanos. Termina un año sumergido en una crisis social y económica de incalculables magnitudes. Fue un año con saldos trágicos por la violencia, la indiferencia, la mediocridad política y la ineficiencia gubernamental.
En la Iglesia de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Cabudare, municipio Palavecino del estado Lara, el Padre Oswaldo Méndez, oró por la unidad, por un mejor año, en amor a Dios.
“2017 fue un año muy duro para los venezolanos que reclamamos un cambio en paz con el favor del Señor”, dijo el presbitero de la Iglesia Católica en la misa de este domingo 31 de diciembre.
Podemos ver el 2018 como un año horrible y difícil en el que se habrá destruido casi todo. O lo podemos ver como un año donde tenemos la oportunidad de construir casi todo de nuevo. Me quedo con la última visión para desearles un feliz 2018.
Ramón Muchacho, ex alcalde de Chacao, exiliado por razones políticas, publicó en su página La Ceiba: Y llegamos al final del 2017, el peor año, el más ruinoso y miserable que algún venezolano vivo pueda recordar.
Este año se profundizó la tragedia social, política y económica hasta niveles que parecían imposibles, sin que el gobierno haya siquiera asomado alguna medida, alguna política pública medianamente coherente para al menos detener la caída.
Año particularmente duro para los caídos, a quienes hoy recordamos junto a sus familiares. Duro para los presos y perseguidos. Duro para quienes tuvimos que salir a luchar desde el exilio, y para nuestras familias.
Durísimo para millones de venezolanos que sufren, mueren o emigran. Se estima que tres millones de venezolanos salieron con rumbo a otras naciones.
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José Miguel Romero. |
José Miguel Romero, dirigente del partido Bandera Roja señala que este año no hay nada que celebrar. El 2017 nos deja muchas desilusiones y dolores por los que se fueron, por los que sin miedo dieron sus vidas por Venezuela. También nos deja mucha experiencia y esperanzas para lograr el cambio verdadero que todos queremos para nuestro país.
“Finaliza el 2017 entre protestas y angustias. El pueblo sabe que el régimen no tiene la capacidad de resolver sus problemas y también sabe que es necesario un nuevo y sincero liderazgo que permita avanzar sin mezquindad, sectarismos ni exclusión".
Para el 2018 Bandera Roja anuncia que seguirá al lado del pueblo, acompañando sus anhelos, luchas y sacrificios. "Es ahora cuando debemos construir una unidad desde la bases, sin importa su posición ideológica, social o religiosa. Venezuela así lo requiere para darnos la democracia, el bienestar y justicia que todos anhelamos”.
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