Jhotani Medina: El vendedor de periódicos tiene un valor subversivo - Laclé en Línea

Últimas Noticias

jueves, 21 de diciembre de 2017

Jhotani Medina: El vendedor de periódicos tiene un valor subversivo




Pregoneros:


El emprendimiento financiero en tiempos de crisis



Cuando el periodista y escritor venezolano Arturo Uslar Pietri escribió en 1936 su artículo de opinión “Sembrar el petróleo” pronosticó un escenario que nadie creía posible en un país inmensamente rico en recursos minerales pero muy pobre en recursos humanos. 

Solo existían dos universidades públicas y una biblioteca en todo el país. Uslar Pietri invitaba en ese artículo a “fortificar la evolución productora del pueblo venezolano en condiciones excepcionales”.

Así este notable venezolano sembró en su obra el concepto de emprendimiento que pocos venezolanos de sectores populares han entendido, no así los pregoneros de los medios de comunicación impresos, valioso recurso humano encargado de la distribución comercial de los periódicos en las calles del país. 

Muchas veces se cree que el trabajo de pregonero (vendedor de periódicos) es una labor típica del subdesarrollo, al contrario, este es un trabajo que como científico social puedo asegurar, es muy valioso hasta en el campo de la política. Su trabajo sin él saberlo, reviste un valor subversivo ante gobiernos autocráticos que nos les agrada la opinión pública transformada en textos informativos en manos del obrero o campesino. El pregonero más allá de ser un simple vendedor de materia prima transformada, es un emprendedor, es un engranaje del medio de producción en manos de un entusiasta empresario que invierte en el espacio territorial donde habita. Es quien convierte la adversidad en ganancias compartidas y ventajas competitivas. 

El pregonero es una rueda de movilización del aparataje industrial privado y el que fortalece o depone un gobierno tras llegar la noticia a manos del usuario. Crea ganancias económicas y bienestar para su familia. Es independiente, no está sujeto a subordinación y no requiere mayor adiestramiento que conocer la “oportunidad” de penetrar una concentración numerosa de personas para vender el periódico. Sin el pregonero no hay noticias en la casa de cada ciudadano. 

Es un oficio que en Venezuela durante épocas de bienestar ha sido considerado como “oro negro”, sus “rutas y plazas” de distribución son celadas por los altos niveles de ganancia que esto genera, rutas que no están definidas por fronteras físicas ni espacios demarcados pero todos saben que esa esquina, esa isla en la avenida, esas escaleras o pasillo son del pregonero, quien ahí no solo gana dinero por esa actividad lícita, también repercute en la opinión de quienes desean ser informados o su voz escuchada. 

Durante los años de las dictaduras militares de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez algunos políticos, además de escribir sus artículos para periódicos clandestinos, tenían que distribuir ellos mismos sus ejemplares ante la censura. En resumen, hoy en día la labor de pregonero es una opción comercial para aquéllos que desean ingresos extraordinarios por vía extraordinaria, un empleo sin horario formal, solo el de salida de los talleres de impresión como carrera de caballos rumbo a su ruta o plaza de venta, un trabajo que muchas veces requiere buenas condiciones físicas y hasta mentales, por aquello de la agilidad para reaccionar a la demanda de los clientes (el mercado).



No hay comentarios:

Publicar un comentario