El destacado politólogo analiza en la primera parte de este artículo: Maduro, un gobierno distinto al de Hugo Chávez, las elecciones presidenciales del 20 de mayo, el petro y la caída de "la cortina de hierro" en Venezuela.
“Toda revolución termina con un amo”
Marie-Hélène Brousse, psicoanalista francesa.
Tras la muerte del presidente Hugo Chávez el 5 de marzo de 2013 se soltó una vorágine que consumió los pocos cimientos que sobrevivían a la institucionalidad democrática en Venezuela.
La concepción política definida por Nicolás Maduro en el directorio cívico-militar revolucionario que gobernaría a Venezuela en los años posteriores expresaba que este era otro gobierno y no el mismo que lo antecedió con Chávez a la cabeza.
La hiperinflación desatada, la escasez de alimentos y medicinas, el desmantelamiento de la industria nacional y la hiperproyección del control del Estado sobre la economía hasta el punto mismo de desconocer a instituciones democráticamente electas, comprueban que éste es otro gobierno.
Una consecuencia de esto es la hiperinflación que desemboca en otra consecuencia de este fenómeno sociopolítico, la fuga de talento humano o “fuga de cerebros” de Venezuela que conlleva a ahondar la hiperinflación ante la improductividad del parque industrial nacional por causa de la escasez de mano de obra calificada y gerencial.
Así como el dictador ruso José Stalin traicionó el legado del padre de la revolución soviética, Lenin, así Nicolás Maduro traiciona el Plan de la Patria como voluntad testamentaria de Hugo Chávez. Otra demostración que este es otro gobierno diferente al de Chávez es el enfrentamiento entre Maduro y el vicepresidente nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello.
Ahora con la entrada en escena del partido político revolucionario Movimiento Somos Venezuela (MSV), Maduro intenta zafarse de la incómoda presencia del Frente Francisco de Miranda de Elías Jaua, (PSUV) para darle paso a “Somos Venezuela” una organización liderada por los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez (Liga Socialista) que desde su juventud adversaron a Jaua (exBandera Roja) en las filas izquierdistas.
Otro síntoma de este reacomodo de fuerzas en una dimensión externa, se percibe en la nueva relación geoeconómica de Cuba con Argelia para importar combustible durante los próximos tres años, para enmendar la caída de los envíos de petróleo de su aliado Venezuela. Una demostración que Cuba prepara una contingencia ante una eventual salida del poder del chavismo en el poder desde 1999. Las sanciones internacionales contra Venezuela por violación de Derechos Humanos y por violación a la Constitución constituyen otro enfoque de la crisis que buscan restablecer la democracia liberal en este país suramericano.
Una fortaleza ante el fracaso en la mesa de negociaciones entre el Gobierno y la oposición en República Dominicana. Así surge un nuevo agregado a la discusión y es el petitorio planteado por el partido político socialdemócrata Acción Democrática (AD), la organización política más antigua de Venezuela, después del Partido Comunista de Venezuela. Con 76 años de fundada, AD busca liderar el proceso de negociaciones tras el fracaso de la mesa de diálogo que presidieron anteriormente los partidos derechistas Primero Justicia (MPJ) y Voluntad Popular (VPA).
AD en la figura de su vicepresidente nacional, Edgar Zambrano, ha iniciado la conducción del diálogo para buscar salida lógica a la crisis nacional por la vía pacífica y democrática, agotando ya la descartada vía electoral… (Continuará).
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